Lectura rápida

La ventaja obvia de leer rápido es que se puede leer más información en menos tiempo, pero además mejora la memoria y la comprensión. No es cierto que para una buena comprensión haya que leer lenta y cuidadosamente, se está demostrando que cuanto más rápidamente se lee, mejora la comprensión.

Leer es como ver una película. En esta analogía el que lee lento o velocidad estándar (entorno a 200 palabras por minuto) es como si viese una película a cámara lenta y el que lee rápido (más de 900 palabras por minuto) es como si lo viese a velocidad normal. Uno puede pensar que el que lo ve a cámara lenta se fija en más detalles de la película, pero al final, retendrá mucho más el que lo ha visto a velocidad normal y tendrá una mejor visión de conjunto. Además habrá disfrutado mucho más el que ha visto la película a su velocidad que el que ha visto la película a cámara lenta.

Hay quienes argumentan que leer rápido hace perder el encanto de la lectura, pero yo no estoy de acuerdo, ya que de hecho en mi caso me ha despertado la afición por la lectura. De todas formas el que puede leer rápido puede elegir leer a una velocidad u a otra, mientras que el que lee lento no tiene elección. Es como tener un deportivo, donde la velocidad la fijamos dependiendo del camino por el que transitamos y dependiendo de lo que queramos sentir y conseguir.

Una persona normal lee entre 200-220 palabras por minuto. Este valor no es constante a lo largo de su vida, sino que cambia a lo largo del tiempo según el gráfico siguiente.

Lectura 1

Una persona, aumenta la velocidad al entrar en la universidad o hacer un postgrado porque necesitan leer mucha información en poco tiempo, pero cuando se hacen mayores, y esta necesidad desaparece, su velocidad disminuye.

Con entrenemiento cualquier una persona podría llegar a leer entre 900-1200 palabras por minuto. Hay personas, como Ramón Campayo, que llegan a velocidades de hasta 2500 palabras por minuto.

No sólo es interesante leer rápido, sino tener una alta eficiencia lectora.

Eficiencia Lectora = Palabras / min * % comprensión

La eficiencia lectora mide por así decirlo las palabras que realmente leemos y comprendemos. Debemos intentar alcanzar un alto valor de eficiencia lectora, practicando tanto ejercicios de velocidad como ejercicios de comprensión.

La causa por la que leemos lento es la forma en que nos enseñaron a leer. Hay dos formas de enseñar a leer: el método fónico y el método de mirar decir.

El método fónico es el que se usa en los países en los que hay una relación entre lo escrito y la forma de pronunciarlo, como es el caso de España. Con este método se enseña primero al niño la pronunciación de cada letra, luego a combinar unas letras con otras, así hasta que es capaz de pronunciar las palabras enteras. Una vez que somos capaces de leer palabras, se considera que sabemos leer.

El otro método es el método mirar-decir. En este método se enseña al niño una imagen y su palabra escrita. Así se enseña a reconocer la palabra escrita y a asociarla con la imagen y con la fonética. Este método es mejor para leer, ya que se aprende a leer palabra por palabra, mientras que en el método fónico se lee letra por letra.

Ambas formas de lectura nos obligan a leer de izquierda a derecha, leyendo una palabra detrás de otra. Leer así es ineficiente, ya que obliga a fijar la vista en cada palabra, cuando una persona es capaz de reconocer 6 palabras por fijación. Teniendo en cuenta que una línea normal tiene 12 palabras, sería mucho más eficiente leer cada línea en 2 fijaciones. En otras palabras, nos han enseñado a leer mal ya que nos han enseñado a leer por palabras cuando lo debemos de hacer por bloques de palabras.

 

Factores que influyen a la velocidad de lectura

Hay diferentes factores que influyen a la velocidad de lectura como son:

– La luz. Ha de ser abundante, a ser posible reflejada.

– El asiento. Ha de ser cómodo pero no en exceso, ya que si no nos entrará sueño.

– Las distracciones. Hemos de procurar que no haya ruidos, personas o cosas que nos distraigan.

– La concentración. Para mejorar la concentración es bueno tomarse descansos cada 30-60 minutos. He de reconocer que yo nunca he creído en esto, y yo siempre he estudiado y trabajado 2-3 horas del tirón sin ningún tipo de descanso. Últimamente he leído esto en numerosos libros y estudios, así que debe ser cierto. Para mostrártelo te pongo el siguiente gráfico de las curvas de memorización sacado del libro de Tony Buzan de lectura rápida.

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– Tener todo a mano.

– Tener postura erguida así el cerebro recibe más aire y sangre. Además como el cuerpo está alerta, el cerebro está alerta.

– Colocación del texto. He de colocar libro a 90º de los ojos y a 30- 35 cm (por eso es bueno el uso de atriles).

– La motivación también influye mucho en la velocidad de lectura. Al terminar algún curso en el que nos hablan de lectura rápida aumentamos muy rápido nuestra velocidad de lectura porque estamos motivados. Pero después de unas semanas, notaremos que la velocidad baja, ya que baja la motivación. Para mantener la velocidad hay que entrenarse.

 

Para mejorar la lectura hay que:

 

1. Eliminar el salto atrás

Cuando leemos, inconscientemente volvemos a leer las palabras anteriores, ya que estamos inseguros de lo que hemos leído. Esto es fácil de corregir con una guía.

2. Eliminar la regresión

La regresión es como el salto atrás, pero esta vez lo hacemos de manera consciente. Volvemos a leer una frase o una palabra porque pensamos que no nos habíamos enterado, cuando en la mayoría de los casos sí que habíamos comprendido lo leído. Esto es fácil de corregir con una guía.

3. Asimilar muchas palabras por fijación

Como he dicho antes, hemos de intentar al menos leer 6 palabras por fijación.

4. Reducir el tiempo por fijación

Los ojos son como una cámara de fotos, sólo pueden captar una imagen cuando están quietos, ya que si lo hacen en movimiento, la imagen se vería borrosa. Los ojos leen en pausas o fijaciones que duran entre 0,25 s y 1,5 s.

5. Eliminar o reducir la subvocalización

Cuando leemos, pronunciamos las palabras o bien en la boca o en nuestra mente. Por este motivo la gente lee entre 150 y 250 ppm, que es la velocidad aproximada a la que se habla.

Algunos autores también recomiendan:

1. Reducir el tiempo de los movimientos entre fijaciones

A mi no me parece un punto crítico, ya que del tiempo empleado en la lectura el 90% se emplea en las fijaciones y un 10% en movimientos entre fijaciones. Así que es obvio que es mucho más efectivo reducir el tiempo por fijación y aumentar el número de palabras por fijación.

 

2. Aumentar el vocabulario

Si no conoces el vocabulario la velocidad se hace muy lenta. Este factor puede ser un gran condicionantes para algunas personas o para algunos tipos de textos. Para textos genéricos no creo que esto sea un problema por el que la mayoría de la gente se deba preocupar excesivamente. De todas formas es conveniente que se apunten la palabras que se desconocen, las miremos en el diccionario y las repasemos varias veces en los días sucesivos.

 

Técnicas para mejorar la velocidad de lectura:

 

1. Usar una guía

Los niños pequeños al aprender a leer usan intuitivamente un dedo de guía. Pero como esto no está bien visto, los maestros se encargan de corregir ese “mal” hábito del niño. Paradójicamente, hay estudios muestran que los maestros se equivocan, y que hay que usar una guía para que nos ayude a focalizar nuestros ojos. Además la guía aumenta la velocidad, favorece la concentración y la comprensión y relaja la vista.

Lo mejor es usar bolígrafos o lápices como guía. Hemos de mover la guía suavemente por debajo de la línea. De vez en cuando hay que forzarse con la guía, leyendo un poco más rápido de lo que resulta cómodo. Así reforzaré gradualmente el músculo de la velocidad y compresión. Esto es análogo a aumentar poco a poco el peso, para aumentar nuestra musculatura.

2. El Metrónomo

Para quien lo desconozca, el metrónomo es un aparato que se usa en música que produce un sonido periódico con una frecuencia que definimos nosotros. Este aparato es muy útil para mejorar la velocidad de lectura porque permite marcarte un ritmo y te obliga a leer siempre a la misma velocidad. Además como el cerebro es relativista y se acostumbra a lo que le pongamos, si aumentamos la velocidad mucho, luego al leer a velocidades superiores a las que leíamos nos sentiremos cómodos.

Te puedes bajar gratis un metrónomo para PC en:

http://www.pinkandaint.com/weirdmet.shtml

Yo uso también un metrónomo en la PDA que se llama “Perfect Beat” que lo puedes encontrar en www.fiftycycle.com

Para mejorar tu velocidad lectora, has de practicar con lecturas de fáciles tipo novelas, cuentos o historias, para que el texto no sea un limitante de la velocidad.

Yo uso el metrónomo de dos formas:

  1. Lectura por placer: Cuando leo por placer, procuro leer con el metrónomo a una velocidad un poco superior a la que consideraría cómoda, pero que me permite entender la mayor parte de los que estoy leyendo. Cada semana aumento un poco esa velocidad. El hacer ésto me obliga a mantener un ritmo constante de lectura, que además es algo superior a mi nivel de comodidad. Al aumentar cada semana un poco este ritmo, mi cerebro va subiendo mi nivel de comodidad y por lo tanto voy leyendo cada vez más rápido.
  2. Lectura de entretenimiento: Una vez al día, fijo el metrónomo en velocidades de lectura muy altas, y leo a esa velocidad durante 1 minuto, sin preocuparme de la comprensión. Luego voy bajando la velocidad en pasos de 100 ppm, y leo a esa velocidad durante 1 minuto. Así hasta que llego a una velocidad que está aproximadamente 100 ppm por encima de mi velocidad actual, y leo a esa velocidad durante unos 5 minutos, sorprendentemente, tras hacer el ejercicio, la compresión es relativamente buena. También puedes hacer el ejercicio yendo de menos velocidad a más, para luego leer un rato a una velocidad superior a la tuya.

3. Aumento de la visión periférica y disminución del tiempo por fijación

La visión periférica es uno de los primeros puntos sobre los que tenemos que trabajar. Desde pequeños nos enseñan a enfocar sólo una palabra y tenemos que romper ese hábito, para poder enfocar a más de una palabra hasta llegar al menos a 6. Como nota curiosa, ten en cuenta que tenemos 260 millones de receptores de luz y el 80% se destinan a la visión periférica (la cual no potenciamos!).

La forma para mejorar la visión periférica es forzarnos a reconocer imágenes, colores o palabras, a los lados de nuestra visión. Cualquier fórmula es buena, por ejemplo, cuando vaya conduciendo otro, fíjate en el coche que tienes delante e intenta reconocer el color, el modelo o incluso la matrícula de los coches que van a los lados del de adelante.

Para reducir los tiempos de fijación, pon un papel sobre unos números o palabras, destápalo rápidamente y vuélvelo a tapar. Tienes que ser capaz de reconocer las palabras y los números, repite este ejercicio reduciendo el tiempo que está la información destapada y poniendo números o palabras más largas (e incluso cadenas de ellos).

La mejor forma que he encontrado es usando el programa que ofrece Ramón Campayo en su curso Básico de Internet:www.ramoncampayo.com

Este programa te permite ver números el tiempo que tu definas. También te permite colocarlos a lo largo de la pantalla, por lo que te permite trabajar con la visión periférica:

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De las fijaciones, lo último que te queda saber es dónde se hacen. La primera fijación no ha de hacerse al principio del todo y la última no ha de hacerse al final del todo, ya que se pierde campo visual.

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Esto lo harás al principio, cuando hagas tres fijaciones por línea, pero en cuanto puedas, reduce a dos fijaciones por línea.

4. Las Metaguías. Lectores muy avanzados

Una vez que ya leemos rápido, la siguiente vuelta al tornillo hacia velocidades de lectura ultrarrápidas es pasar a las metaguías. Lo que estos sistemas trabajan son nuestra visión fotográfica y nuestra visión periférica. Al principio, resulta chocante que podamos por ejemplo leer dos frases a la vez o poder leer las frases al revés. Si esto se hace con suficiente velocidad, el cerebro se encargará de darle sentido a lo que estamos viendo (leyendo), ya que no se estará centrando en palabras sueltas, sino en todo un conjunto.

Para practicarlas es bueno empezar con velocidades extremadamente altas sin intención de comprender nada, para luego bajar a velocidades normales. De hecho, es bueno practicar a distintas velocidades, ya que a veces ocurre que no comprendemos nada, pero a una determinada velocidad se nos enciende la luz y somos capaces de comprender todo eso que estamos viendo.

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Práctica con las Metaguías

1. Practica con las metaguías al menos 5 minutos cada una, variando la velocidad y la profundidad de compresión. Los 5 minutos son necesarios para permitir que el cerebro se acostumbre a cada técnica.

2. Una vez terminado este ejercicio, selecciona tus tres técnicas de metaguía favoritas y practícalas. En todos estos ejercicios es útil practicar con material ya leído, pues así nos acostumbramos más fácilmente al nuevo hábito.

Practica las técnicas de metaguía a velocidades que varíen desordenadamente. Para su sorpresa, muchas gente descubre que a velocidades más bajas la comprensión es casi nula, pero a ciertos ritmos concretos, su comprensión se vuelve de pronto asombrosamente clara.

 

Técnica de lectura rápida:

1. Preparación
A esta fase no se le suele dar mucha importancia y nos solemos directamente con el libro desde la primera página. Esto es un error, porque a veces no es necesario leer todo. Además el echar un primer vistazo al libro y pensar un poco sobre el tema nos permite tener la cabeza enfocada en el tema y lo que es más importante, hace que tengamos puntos donde apoyar (asociar) la nueva información que leemos.

Luego en esta fase hay que:

  1.  Echar una ojeada para tener una visión general de la estructura del libro.
  2. Tener un objetivo claro de por qué leemos, y establecer el tiempo que le vamos a dedicar y cuánto queremos abarcar en ese tiempo.
  3.  Pensar un rato sobre el tema que vamos a leer. Si no sabemos nada de él da igual, hemos de pensar de qué creemos que va a tratar el tema. Esto permitirá que creemos asociaciones en nuestra mente que luego nos permitirán recordar con más facilidad lo leído. Es bueno escribirlo o apuntarlo en un mapa mental.

2. La lectura

  1. Visión de conjunto. Segunda ojeada más profunda.
  2. Inspección previa. Concentrándose en las partes importantes, sobre todo comienzos y finales de párrafos.
  3. Leer el grueso de la información. Dejando lo difícil para el final
  4. Revisión. Escribir un resumen o completar mapa mental, y solucionar problemas y dudas.

3. Después de la lectura
Yo recomiendo a todo el mundo que tome notas de los libros, y si es posible que incluso hagas resúmenes. Esto puede parecer una pérdida de tiempo, pero si se hace bien permite recuperar la información increíblemente rápido y además, al hacer los resúmenes retendremos más información. Tras hacer el resumen, deberíamos leerlo todos los días durante 10 días, para así pase esa información a nuestra memoria de larga duración.

Finalmente guardaremos las notas en un lugar donde estén fácilmente accesibles. Yo uso una hoja de Excel donde apunto el Autor, editorial, fecha en que leí el libro, una calificación y lo agrupo por materias; de esta forma puedo encontrar muy fácilmente los resúmenes que hago.

Por último quiero terminar este artículo con la siguiente frase que leí en un libro: “Para progresar he de coger una velocidad que me haga sentir incómodo. De la incomodidad surge el progreso y de la comodidad conduce al aletargamiento”

Bibliografía

– El libro de la lectura rápida, Tony Buzan, Urano.

– Mejore su eficiencia lectora, Rafael Bisquerra, Ana Iglesias , Manuel Pereira, Anna Florés, Elva Fernández, Carles Ramírez, Adams.

– Lectura rápida. En una semana. Tina Konstant Gestión 2000.

– Desarrolla una mente Prodigiosa, Ramón Campayo , Edaf.

– Cómo Aprender mejor, Lair Ribeiro, Urano.

– Curso de Internet de www.ramoncampayo.com

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